domingo, 8 de noviembre de 2015

DISLALIA. EJERCICIOS DE PREVENCIÓN

Las actividades reeducativas que se proponen están indicadas para prevenir y corregir los defectos articulatorios. 

Ejercicios de respiración y soplo.
Se realizan como base de una buena fonación, ya que a veces el niño que presenta dislalia puede ser respirador bucal, o tener un patrón incorrecto de respiración o presentar una capacidad respiratoria muy baja, con soplo débil, etc.
Ejercicios de respiración.
Lo ideal es hacerlo tumbado, en una alfombra o esterilla, y en caso de no poder, hacerlo sentado. A veces son ejercicios muy tediosos para un niño pequeño, por lo que hay que buscar hacerlo del modo más lúdico posible. (Por ejemplo, antes de empezar, se le pide que proponga un tema, y tras cada respiración que haga decir el nombre de un animal, dibujo animado, futbolista… o previamente le decimos, vamos a hacer 5 de cada una de ellas, etc.) No hay que dedicar un tiempo excesivo, para no aburrir al niño nada más empezar.
-       Coger el aire con la nariz, con la boca cerrada, suave y lentamente (sin que “suene” el aire al entrar), mantenerlo en los pulmones durante un segundo y soltarlo suave y lentamente sin que “suene”.
-       Coger el aire por la nariz suave y lentamente, mantenerlo y soltarlo rápido y fuerte.
-       Coger el aire rápidamente, mantenerlo y soltarle suavemente.
-       Coger el aire suave y lentamente, mantenerlo y soltarlo en tres o cuatro veces
-       Y todas las variantes que se os puedan ocurrir.
Ejercicios de soplo.
Es importante, que cada vez que el niño vaya a soplar, pedirle que coja el aire por la nariz con la boca cerrada (como ya sabe hacer de los ejercicios de respiración) y que lo suelte por la boca.
-       Con una vela. Apagar la llama, soplar suave sin que se apague, etc.
-       Con una pajita. Hacer burbujas en un vaso de agua, llevar el agua con la pajita de un vaso a otro, etc.
-       Con un molinillo de viento.
-       Con pitos, matasuegras, trompetillas, etc.
-       Soplar bolitas de papel, hacer carreras con ellas, partidos de fútbol, etc.
-       Hacer pompas de jabón con un pompero.
Ejercicios de discriminación auditiva.
Son tareas que se realizan para que el niño aprenda a diferenciar auditivamente entre los diferentes fonemas, sobre todo aquellos en los que presenta dificultades, para que su sistema fonológico se estructure y desarrolle correctamente.
-       Discriminación de fonemas. Hay que hacer una lista de pares de palabras en las que solamente varía un fonema. Uno de ellos ha de ser aquel que no puede articular, el que no diferencia, el que sustituye, etc. Por ejemplo, si tenemos un niño que no puede producir el fonema /rr/, que sustituye por el fonema /d/, los pares serían rama-dama, día-ría, etc. A ser posible siempre palabras con un significado, aunque no pasa nada si tenemos que elegir alguna que no lo tenga. Una vez tenemos varios pares de palabras, se pueden realizar diferentes ejercicios con los mismos. Dos de los más habituales son, por una parte se le dice al niño unos de los pares, y él decide sin son iguales o no (hay que variar por tanto entre pares diferentes e iguales). Y otro sería decirle el par (igual o diferente) y el niño debe repetirlo. En principio, se puede hacer lo mismo con sílabas, pero el nivel de discriminación es mucho mayor y si el niño es pequeño le va a costar mucho más que si son palabras.
-       Y algo más elaborado, sería realizar fichas con los pares de palabras que hayamos buscado, y enseñándole las dos a la vez, decirle que señale una de ellas, que diga el nombre de las dos, etc. Así podrá ver que aunque muy parecidas auditivamente, son dos palabras totalmente diferentes en cuanto a lo que representan.
-       Decirle una palabra y que nos diga si lleva o no un determinado fonema o sílaba, que se esté trabajando.
-       Otro ejercicio de reconocimiento de fonemas, puede ser buscar dentro de los catálogos de los hipermercados, objetos que tengan el fonema que se está trabajando con el logopeda o que se intenta adquirir. Igualmente se pueden recortar y pegar en fichas que luego utilizaremos en los ejercicios de articulación.
Ejercicios de motricidad bucolinguofacial.
Son ejercicios para realizar con el niño delante del espejo. Con ellos buscamos un mejor funcionamiento de los diferentes órganos y músculos que intervienen en la articulación, así como mejorar la velocidad, la motricidad fina, la coordinación, etc. de los mismos.
-       Ejercicios con la lengua. Sacarla y meterla, llevarla a los lados, relamerse, intentar tocar la nariz y la barbilla, mantenerla en los dientes o detrás de ellos durante unos segundos, recorrer el paladar, hacer el sonido del caballo trotando, etc. Esos mismos ejercicios, primero lentamente y luego cada vez más deprisa.
-       Ejercicios con la boca. Abrir y cerrar, dar besos, poner morritos, apretar los labios, etc.
-       Ejercicios con la cara. Poner gestos, sonreír, cara de tristeza, de enfado, etc.
-       Ejercicios con un depresor de madera. Empujarlo con la lengua, sostenerlo con los labios, etc.
Ejercicios de articulación.
Los ejercicios de este aspecto van encaminados a la mejora de todo lo relacionado con el proceso de articulación.
-       Ejercicios de sonidos. Imitar el sonido de diferentes grupos, de animales, de medios de transporte, de objetos cotidianos, de estados de ánimo (llorar, reír, enfadarse…).
-       Ejercicios para que repita sonidos, sílabas, palabras, frases, etc. Pero siempre con fonemas que ya domina o está empezando a afianzar.
-       Ejercicios de denominación. Para que nombre fichas, objetos que estén a la vista etc.
-       Ejercicios para que nos diga palabras que empiecen por un determinado sonido o sílaba.


DISLALIA

¿QUÉ SON LAS DISLALIAS?
Las dislalias son alteraciones en la articulación de algún o algunos fonemas bien por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos del habla o por la sustitución de estos por otros, de forma improcedente, en personas que no muestran patologías del sistema nervioso central, ni en los órganos fonoarticulatorios a nivel anatómico. 
Estas alteraciones perduran más allá de los cuatro años, hasta entonces aparecen muy frecuentemente. Son las más frecuentes y conocidas de todas las alteraciones del lenguaje.
¿QUIÉNES SON LOS NIÑOS Y NIÑAS CON DISLALIAS?
Los niños y niñas que presentan dislalias en su habla presentan:
Ø  Una presencia de errores en la articulación de sonidos del habla (Sustitución, distorsión, omisión o adición) al principio, en medio o al final de las palabras, tanto en su lenguaje coloquial como en repetición de esos sonidos cuando se le da un modelo de palabra que los contenga.
Ø  Suele tener más de cuatro años.
Ø  No existe evidencia, ni diagnóstico de hipoacusia, trastornos neurológicos, deficiencia mental, ni cambio idiomático.
CLASIFICACIÓN DE LAS DISLALIAS.
Existen muchas clasificaciones de las dislalias, nosotros hemos seguido la etiológica de
Dislalia evolutiva o fisiológica: Para articular correctamente los fonemas de un idioma se precisa una madurez cerebral y del aparato fonoarticulador. Hay una fase en el desarrollo del lenguaje en la que el niño/a no articula o distorsiona algunos fonemas; a estos errores se les llama dislalias evolutivas. Normalmente desaparecen con el tiempo y nunca deben ser intervenidas antes de los cuatro años, sobre todo /r/ y sinfones.
Suelen producir cierta angustia en algunos padres que creen ver en ellas un síntoma de retraso y se les debe aconsejar que hablen claro a su hijo/a, abandonando los patrones de persistencia del lenguaje infantil. La mejor intervención es convencer a la familia para que dejen esos malos hábitos. 
Dislalia audiógena: Su causa está en una deficiencia auditiva. El niño o la niña que no oye bien no articula correctamente, confundirá fonemas que ofrezcan alguna semejanza al no poseer una correcta discriminación auditiva. A este tipo de alteraciones se les denomina dislalias audiógenas. El deficiente auditivo presentará otras alteraciones del lenguaje, fundamentalmente de voz y el estudio de su audiometría nos dará la pauta sobre la posible adaptación de prótesis. La intervención irá encaminada básicamente a aumentar su discriminación auditiva, mejorar su voz o corregir los fonemas alterados e implantar los inexistentes
Dislalia orgánica: Las alteraciones de la articulación cuya causa es de tipo orgánico se llaman dislalias orgánicas.
Si se encuentran afectados los centros neuronales cerebrales (SNC) reciben el nombre de disartrias y forman parte de las alteraciones del lenguaje de los deficientes motóricos.
Si nos referimos a anomalías o malformaciones de los órganos del habla: labios, lengua, paladar, etc. se les llama disglosias.
Dislalia funcional: Es la alteración de la articulación producida por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. El niño/a con dislalia funcional no usa correctamente dichos órganos a la hora de articular un fonema a pesar de no existir ninguna causa de tipo orgánico. Es la más frecuente y sus factores etiológicos pueden ser: 
Falta de control en la psicomotricidad fina. La articulación del lenguaje requiere una gran habilidad motora. Prueba de ello es que aquellos fonemas que precisan un mayor control de los órganos articulatorios, especialmente de la lengua, son los últimos que aparecen ( /l/, /r/ /r/ y sinfones).
Déficit en la discriminación auditiva. El niño/a no decodifica correctamente los elementos fonémicos de su idioma y no percibe diferenciaciones fonológicas del tipo sordo/sonoro, dental/velar, oclusivo/fricativo, etc., produciendo errores en la imitación oral.
Errores perceptivos e imposibilidad de imitación de movimientos.
 Estimulación lingüística deficitaria. Ello explica la frecuencia de dislalias en niños/as de ambientes socioculturales deprivados, abandonados, en situaciones de bilingüismo, etc.
De tipo psicológico: sobreprotección, traumas, etc, que hacen persistir modelos articulatorios infantiles.
Deficiencia intelectual. Las dislalias son un problema añadido a los del lenguaje del niño o la niña deficiente. Su corrección hay que plantearla a más largo plazo, es más lenta y estará condicionada por su capacidad de discriminación auditiva y su habilidad motora.
Cuando nos referimos a la dislalia habitualmente se refiere a la dislalia funcional y los tipos de errores más habituales son: sustitución, distorsión, omisión o adición.
TRATAMIENTO DE LAS DISLALIAS: TRASTORNOS FONÉTICOS
La intervención en los trastornos fonéticos tendrá como objetivo que el niño aprenda a articular los sonidos correctamente. Se evaluará el nivel articulatorio del niño y se realizará un programa adecuado a sus necesidades. En general se darán los siguientes pasos en la intervención:
 Estimular la capacidad del niño para producir sonidos, reproduciendo movimientos y posturas, experimentando con las vocales y las consonantes. Se le enseñará a comparar y diferenciar los sonidos.
 Estimulación de la coordinación de los movimientos necesarios para la pronunciación de sonidos: ejercicios labiales y linguales. Se enseña al niño las posiciones correctas de los sonidos más difíciles.
 Se realizan ejercicios donde el niño debe producir el sonido dentro de sílabas hasta que se automatice el patrón muscular necesario para la articulación del sonido.
 Llegados a este punto el niño ya está preparado para comenzar con las palabras completas, a través de juegos se facilitará la producción y articulación de los sonidos difíciles dentro de las palabras.
 Una vez que el niño es capaz de pronunciar los sonidos difíciles en cualquier posición de una palabra, se tratará que lo realice fuera de las sesiones, es decir, en su lenguaje espontáneo y no solo en las sesiones terapéuticas.

Es conveniente que los padres participen y colaboren en todo el proceso terapéutico siguiendo las instrucciones del terapeuta y realizando las actividades para casa que considere necesarias.

lunes, 2 de noviembre de 2015

PREVENCIÓN DE DIFICULTADES EN INFANTIL

EL CHUPETE

Compañero inseparable para muchos bebés, parece impensable que el chupete pueda tener algún efecto perjudicial. Calma el llanto de un bebe, le ayuda a conciliar el sueño y puede reducir el estrés y el dolor en procedimientos desagradables de manera similar a como lo hace el pecho materno. Además, recientemente se ha relacionado su uso durante el sueño con una disminución del riesgo de muerte súbita del lactante.
El uso del chupete se encuentra muy arraigado en las sociedades desarrolladas, ya que calma el llanto de un bebe, ayuda a conciliar el sueño, y reduce el estrés y el dolor en procedimientos desagradables, situaciones que provocan preocupación y ansiedad en los padres. Muchos profesionales sanitarios y la sociedad en general piensan que son inofensivos e incluso beneficiosos y necesarios para el desarrollo del lactante.
Pero los padres también hemos de saber que ese objeto "mágico" podría ser mal utilizado.
Cuando se utiliza más allá de los doce meses de edad, porque aumenta el riesgo de problemas dentales y riesgo de accidentes o de desarrollo del lenguaje. Aunque los efectos perjudiciales que ejerce sobre la correcta alineación de los dientes podrían ser pasajeros si el "pupo" se deja a tiempo, según algunos estudios. Según la Sociedad Española de Odontología Pediátrica, la succión no nutritiva provocaría que los dientes centrales inferiores se desvíen paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el maxilar superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera (dientes de conejo). Con el tiempo, los colmillos chocan entre sí y ambas filas de dientes no se cierran correctamente, lo que se conoce como mordida abierta. Además, la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que, finalmente las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo. Por ello los pediatras aconsejan limitar el uso del chupete hasta el año de vida.
Como padres y madres, que queremos lo mejor para nuestros hijos e hijas no debemos caer en estos errores.
Un bebé al nacer presenta un reflejo de succión gracias al cual sobrevivimos, pues nos hace saber mamar adecuadamente. Este reflejo se calma con el uso del chupete en los bebes.
Pero un niño de 3 años NO NECESITA calmar el reflejo de succión pues es capaz de comer sin necesidad de succionar. Somos nosotros los que le GENERAMOS esa necesidad utilizando el chupete como CONSUELO para todos sus rabietas, llantos,… provocando en el pequeño la necesidad de tener algo en la boca para estar tranquilo.
Además el uso continuado de ambas cosas provoca que no maduren adecuadamente la lengua, labios, dientes,… provoca falta de tono de la lengua, labios,… factores que dificultarán al niño o niña tareas tan necesarias como la MASTICACIÓN Y EL HABLA.