Compañero inseparable para muchos bebés, parece impensable que el chupete pueda tener algún
efecto perjudicial.
Calma el llanto de un bebe, le ayuda a conciliar el sueño y puede reducir el
estrés y el dolor en procedimientos desagradables de manera similar a como lo
hace el pecho materno. Además, recientemente se ha relacionado su uso durante
el sueño con una disminución del riesgo de muerte súbita del lactante.
El uso del chupete se encuentra muy
arraigado en las sociedades desarrolladas, ya que calma el llanto de un bebe,
ayuda a conciliar el sueño, y reduce el estrés y el dolor en procedimientos
desagradables, situaciones que provocan preocupación y ansiedad en los padres.
Muchos profesionales sanitarios y la sociedad en general piensan que son
inofensivos e incluso beneficiosos y necesarios para el desarrollo del lactante.
Pero los padres también hemos de saber que ese
objeto "mágico" podría ser mal utilizado.
Cuando se utiliza más allá de los
doce meses de edad, porque aumenta el
riesgo de problemas dentales y riesgo de accidentes o de desarrollo del
lenguaje. Aunque los efectos perjudiciales que ejerce
sobre la correcta alineación de los dientes podrían ser pasajeros si el
"pupo" se deja a tiempo, según algunos estudios. Según la Sociedad Española de
Odontología Pediátrica, la succión no
nutritiva provocaría que los dientes centrales inferiores se desvíen
paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el maxilar
superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera (dientes de conejo).
Con el tiempo, los colmillos chocan entre sí y ambas filas de dientes no se
cierran correctamente, lo que se conoce como mordida abierta. Además, la acción
de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto
con la posición de la lengua, hacen que, finalmente las líneas superiores e
inferiores pierdan su paralelismo. Por ello los pediatras aconsejan limitar el
uso del chupete hasta el año de vida.
Como padres y madres, que queremos lo mejor para
nuestros hijos e hijas no debemos caer en estos errores.
Un bebé al nacer presenta un reflejo de succión
gracias al cual sobrevivimos, pues nos hace saber mamar adecuadamente. Este
reflejo se calma con el uso del chupete en los bebes.
Pero un niño de 3 años NO NECESITA calmar
el reflejo de succión pues es capaz de comer sin necesidad de succionar. Somos
nosotros los que le GENERAMOS esa necesidad utilizando el chupete como CONSUELO
para todos sus rabietas, llantos,… provocando en el pequeño la necesidad de
tener algo en la boca para estar tranquilo.
Además el uso continuado de ambas cosas provoca que
no maduren adecuadamente la lengua, labios, dientes,… provoca falta de tono de
la lengua, labios,… factores que dificultarán al niño o niña tareas tan
necesarias como la MASTICACIÓN Y EL HABLA.
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